EL 2018 HA SIDO CLAVE EN LA CARRERA DE ESTA ACTRIZ Y CANTANTE TAMBIÉN CONOCIDA COMO DINDI JANE. FORMÓ PARTE DEL ELENCO DE DIFERENTES OBRAS DE TEATRO Y EL 15 DE NOVIEMBRE ESTARÁ EN EL CINE INTERPRETANDO A FRANCISCA, UNA MUJER DEMENTE DE LA PELÍCULA DRY MARTINA DE CHE SANDOVAL. HACE POCO, GERALDINE NEARY ESTRENÓ TAMBIÉN MENTIRNOS, UN TRAP COMPUESTO POR ELLA QUE YA TIENE MÁS DE 25 MIL REPRODUCCIONES EN YOUTUBE Y QUE MUESTRA A ESTA TREINTEAÑERA EN UNA FACETA MUY SENSUAL, RUDA Y SUGERENTE.
Fotos: Max Jorquera Entrevista: Manuela Jobet
dirección creativa IPC STUDIO
producción MAURICIO FREDES
maquillaje y pelo BERNARDITA SILVA
asistente NAZARETH BASTIA








“CUANDO MI HERMANO ERA CHICO NO me podía decir Geraldine y me bautizó como Dindi. Toda mi familia me dice así. Jane es mi segundo nombre. Estudié derecho un año y medio en la Católica y durante un año y medio tomé también solo ramos de sicología. Después de eso me cambié a Teatro y me gradué en 2014. Siempre quise ser actriz y cantante, pero no me creía el cuento, lo encontraba absurdo. No lo veía como algo que uno pudiese hacer en serio. Como me iba bien en el colegio y me fue bien en la PSU, mis papás me dijeron que podría hacer lo que quisiera, pero no les gustaba mucho la idea de que me dedicara a algo no tan “convencional”.
Después de un tiempo entendí que es mejor hacer lo que uno ama antes que optar por profesiones que dan cierta estabilidad económica. Hice lo que tenía que hacer, por suerte. El teatro me ayudó a conectarme más con la música. Mi primera canción la compuse en 2011 pero siempre escribí cuentos, diarios de vida, e incluso una novela. Eso me ayudó a tener más seguridad con lo que quiero decir, a confiar más en mi propia identidad y expresarla. Hoy digo lo que quiero decir y no lo que los demás quieren escuchar de mí.
Fui insegura, pero a mis 30 años eso ha ido cambiando. Una vez escuché a la Kate Winslet decir algo que me hizo mucho sentido: le preguntaban qué sentía ahora que está mayor. Ella decía que era increíble porque esa inseguridad típica de los 20 se desvanece. Me pasa un poco eso, ya no soy lo insegura que era antes, me siento súper cómoda conmigo misma y con lo que hago. Creo que la inseguridad tiene mucho que ver con dónde te ponen los demás. A mi nunca me celebraron ni me pusieron en los escenarios. A los 13 años me ofrecieron ser modelo, pero no me dejaron. Siento que se me podrían haber dado las cosas mucho antes, pero me protegieron harto, querían que desarrollara otras habilidades y que no estuviese tan expuesta.
Me gusta mucho escribir porque siento que es algo que queda en el tiempo. La letra que escribí a los 14 años cuando me rompieron el corazón me encanta porque hoy, que ya no tengo el corazón roto, la puedo tomar y usar. Escribir ayuda a sanar y a crear un material que queda en el arte y no como una herida que te afecta en lo personal.
Escribo lo que me hubiese gustado escuchar cuando yo tenía 15 años. Ahora estoy escribiendo letras con mensajes feministas para decirle a las mujeres que no tengan miedo a ser lo que quieren ser: boten las torres/if we can walk in our two legs/if we can lose our dump heads/I can sleep in your bed/yo no pierdo la fe/rompo la tacita de té/señorita Memé/y ya no hay nada más que temer/que ese hombre no se va a morir si usted no le da de comer.
Me encanta el movimiento feminista y que las mujeres nos estemos dando cuenta de que estamos muy por debajo de los hombres en cualquier otra cosa que no sea la casa, la familia y los hijos. Es una salida para construir un mundo más bonito y excitante para hombres y mujeres, porque a muchos de ellos les gustan las mujeres empoderadas que no viven para satisfacerlos. En el teatro aprendí a conectarme con mi cuerpo, la conciencia corporal me sana la mente. Corro, bailo, ando en bicicleta, hago yoga y medito. Esa cultura medio militar del deporte no es necesariamente lo que más me conecta con él. A veces el cuerpo se siente mejor en una quietud, en la no acción. Mucha gente me dice que siempre ando en pijama, que ese es mi estilo para vestir. Me pasa que me gusta andar cómoda. Si tengo un ensayo y debo tirarme al suelo, voy a ir con buzo. Esa ropa no me la cambio si después tengo otra cosa. Sí me gusta arreglar me para salir y sentirme sexy. Para seducir al mundo y a mí misma”.







