Fotos: Nacho Rojas
Dirección Creativa: SML Producciones y EgoEgo
Styling: Natalia Schwarzenberg
Maquillaje y pelo: Marcelo Bhanu Asistente foto: Felipe Díaz
ROPA, MAQUILLAJE Y UNA SAGA DE LIBROS ERÓTICOS, TODOS ÉXITOS INMEDIATOS APENAS LO LANZÓ. PRONTO AGREGARÁ UNA CÁPSULA DE MODA PARA HOMBRES Y HARÁ SU REGRESO A LA TV COMO JURADO DE PYMES QUE BUSCAN FINANCIAMIENTO. Y QUIÉN PODRÍA DUDAR DE SU INSTINTO. AQUÍ SUS MÁXIMAS DE NEGOCIOS Y SEDUCCIÓN.


María José López (32) todavía no entiende cuando alguna de sus 1,8 millón de seguidoras en Instagram le pregunta -ante cualquier foto o sobre su trilogía de libros eróticos-: “¿Y tu marido no se enoja?”. La desconciertan.
Y no es pose. Es un hecho que su cabeza está ‘seteada’ en otra frecuencia. Cote -apodo con el que sus fans y el público la conoce desde la adolescencia, cuando aterrizó en la TV como una ‘Lolita’ nabokoniana que añadía a su explosiva sexualidad una natural picardía- se crió en Curicó pero ha hecho la mitad de su vida fuera de Chile, en ciudades cosmopolitas como Londres, Milán y Dubai. No tiene espacio para prejuicios.
López funciona en un mix de idiomas -maneja perfecto francés, inglés, italiano, portugués- y su regreso en Chile todavía le parece una especie de ensoñación, ya que ha sido puertas adentro entre estallido social y pandemia. Tiempo para estar en familia con su marido, la estrella de Palestino Luis Jiménez (36), sus trillizas de 11 años (Isidora, Rafaella y Rebecca, nacidas en Italia), su hijo Jesús (5 años, quien llegó en Medio Oriente) y hasta un nieto del hijo mayor del futbolista. Un confinamiento que no ha detenido proyectos que ha concretado exitosamente: su línea de ropa Be Active y Be Active Urban con una multitienda, el lanzamiento de su colección de maquillaje cruelty free fabricada en España y que bautizó Cló, además de la presentación de su saga de libros en tono erótico que se transformó en bestseller (Tú tampoco eras para mí, Discúlpame, fue un error y Hasta que la muerte nos separe).
En el día de nuestra sesión de fotos aparece con esa misma frescura que la hizo famosa. Gracias a la mascarilla podría pasar anónima con su amplio y chic traje arena, pero en unos minutos se saca la chaqueta y queda en un sexy corset de lencería negro. No hay duda, es Cote. Pero no se trata de más o menos ropa, o de más o menos curvas, es su energía burbujeante la que llena el set y no la exhibición de piel. Es su risa que no para entre una y otra toma. Es su entrega y cero autoconciencia lo que mantiene por horas el relajo y ánimo arriba. Proyecta una envidiable libertad.
“Puedo andar con ropa gigante de Luis o ultra apretada como arrollado (ríe). Depende de su quiero andar cómoda o con tacos. Nunca me voy a regir por la moda”.
¿Preferencias?
Me gusta todo. No soy ‘marquera’. Lo único, único, único que uso siempre de marca son las carteras y los zapatos, aunque no quisiera dar nombres. Pero en ropa puedo usar cosas de supermercado a lo más caro.
Cote sí confiesa otra debilidad: “El perfume que uso lo hago en un laboratorio de Italia, porque soy súper regodeona. Tiene detalles de vainilla. Evito la lavanda y otros olores fuertes. Es un término medio de todo. Lo realizan en un lugar cerca de Cesena (ciudad donde jugó Jiménez en 2010) y ahora unos amigos que viven allá me lo mandan”. Armar el mapa con los gustos de esta rubia es un viaje que conduce a lo que encuentra su multitudinario ejército de seguidores. Cote López destaca en un planeta virtual, donde cada esquina de ‘territorio’ lo disputan miles de poderosas influencers.
López tiene un poder gentil desde su Instagram y lleva a un mundo de ensoñación a esos fans.
Una travesía que partió públicamente en Italia, país con un especial significado para López: allá se casó -en 2006-, poco antes de cumplir 18, y partió el estilo de vida cosmpolita que compartió por años en sus redes sociales.
¿Es uno de tus destinos favoritos?
Me encantó Italia porque, además, llegué cuando todavía no tenía hijos. En Milán era entretenida la onda con su “hora del aperitivo” y toda una cosa especial. Pero con niños no sé si sería la ciudad donde viviría, porque las casas son bien chiquititas y hay que salir del centro para encontrar algo más grande. Por eso Dubai se robó mi corazón, por su seguridad y porque tiene mil lugares donde ir con mis hijos. No hay problemas con dejar la abierta la puerta de la casa o las llaves dentro del auto. Se me quedaba el celular en una tienda, volvía y estaba en el mismo lugar donde lo dejé. ¿Cómo panorama turístico? ¡Maldivas! Teníamos que ir, al menos, una vez al año con los niños. Te hace sentir una energía que nunca habías vivido, especialmente, al abrir los ojos y encontrarte con una luz blanca, blanca, blanca. Tiene un brillo -entre el agua, la arena y el sol- que es maravilloso.
¿Y Londres? (vivió ahí en 2009, cuando Luis Jiménez era jugador del West Ham United)
No hay nada más entretenido que las calles de esa ciudad. Sólo caminar era un espectáculo porque te encontrabas con todas las culturas y en una cuadra escuchabas veinte idiomas. Vivía en Canary Wharf, al lado del río (Tamésis). Allá quedé embarazada de las trillizas. El único problema es que me gusta el calor y, entonces, me congelaba.
Eres muy joven, ¿te detienes a pensar en la gran cantidad de postales que tienes en tu cabeza?
Sí, siempre. Es como si hubiera vivido un sueño. Me pasó hace poco porque sólo veníamos una vez al año y, a veces, ni siquiera volvíamos. Entonces, el otro día manejábamos desde el supermercado con Luis y le digo: Cachai que estamos en Chile y viviendo acá (da una carcajada). ¿Qué raro estar aquí! Ya es fijo. Además, con el estallido y en la pandemia nos hemos quedado más que nada en la casa.
La ex modelo insiste en que se fue muy chica “y no conocía mucho de Chile”. “Ahora -continúa- fuimos a Isla de Pascua y, hace poco, a Puerto Varas. Y, de verdad, es como sentirte una extranjera en tu país”.




“No conocía mucho de Chile. Ahora fuimos a Isla de Pascua y, hace poco, a Puerto Varas. Y, de verdad, es como sentirte una extranjera en tu país”.
¿Qué te llama la atención?
Una de las cosas es el vestuario. Me pasó las primeras veces que salía muy arreglada -de falda, peto y taco alto- y, luego, llegaba a los restaurantes y estaban todos con jeans y botas… Me parecía súper extraño porque afuera, sobre todo en Italia y Dubai, uno va súper arreglado. Y en muchas partes hay dress code. ¡Jamás jockey! Por eso me gusta la mentalidad de Luis, que es muy diferente a la de un chileno.
¿En qué sentido?
Es mucho más abierto. Eso no lo entienden acá y me preguntan: ¿Tu marido te acepta esto? ¡Es raro!
¡Bienvenida!
(Vuelve a reír) Es verdad que le tenía miedo volver a Chile ¡y ahora estoy feliz y me encanta! Ha sido súper rico, sobre todo, estar con la familia. Para los niños ha sido maravilloso porque casi no los conocían. De hecho, las niñas llegaron hablando sólo en inglés y ahora lo hacen en español perfecto.
Un desembarco aclanado que no la distrajo del foco para poner en marcha proyectos inspirados en lo visto, oído y vivido por más de una década.
En el extranjero realizaste tres programas de coaching: Integral, Empresarial y Liderazgo de Mujeres.
Fueron en la Escuela de Coaching Internacional en 2013. Después entré a Sicología en la Universidad de Valencia. Ya había empezado en Milán con un Bachillerato general porque no sabía lo que quería; tenía 18 años. Siempre me gustó estudiar y, sobre todo, leer.
Recién salió de sus manos la exitosa saga El Caballo de Troya, de JJ Benítez. “No tengo preferencia literaria, me paso de una novela a otra. Lo que llegue a mis manos”.
¿Te sirvieron los cursos para tus emprendimientos de ropa, maquillaje y los libros?
Siempre me preparé para esto. No quería desaprovechar los años que estuve afuera y sólo be the wife: estar en la casa sin hacer nada. No puedo. Me supera eso. Siempre estuve buscando qué hacer. Tampoco podía establecerme con un negocio porque cada un año nos cambiábamos de ciudad. Entonces, llegando a Chile dije: ¡Ahora sí! Esperé unos meses porque pensé: No será cosa que volvamos… Y, efectivamente, partimos a Arabia Saudita.
Pero esa última experiencia en el extranjero, al contrario de las otras, no dejó buen recuerdo. “¡Fue terrible!”, asegura Cote. Hasta nuestra prensa llegaron los reportes sobre amenazas a su marido por parte de los seguidores del club Al Ittihad. “Y ahí Luis me dijo: Nunca más, aquí termino mi carrera. En ese momento me animé (con los proyectos)”. En este impulso escogió temas que siempre le interesaron. Por ejemplo, la ropa. “En Italia hice cursos de diseño y styling en el Milan Fashion Campus Institute. Partí con eso y seguí con el maquillaje, que son las cosas que me gustan”.








“No quería desaprovechar los años que estuve afuera y sólo be the wife: estar en la casa sin hacer nada. No puedo. Me supera eso. Siempre estuve buscando qué hacer”.
¿Y los libros?
La protagonista, Izabella, de verdad que no tiene nada que ver con mi vida. ¡Nada, nada! Pero sí escribí que ella era sicóloga porque me era mucho más fácil relatar cosas que sabía de esa profesión. Si ponía que seguía Leyes no iba a saber qué datos dar. Lo mismo con las ciudades en que ella estuvo, como Milán y Dubai, que la gente las puede asociar a mí. Y es obvio que es más fácil hablar de las calles por las que pasé.
La descripción del inicio de su saga – Tú tampoco eras para mí– señala: “Izabella de Roix (27) psicóloga exitosa, hija del dueño de un importante canal de televisión italiana. Su círculo íntimo es un mundo repleto de sexualidad, traiciones y, por momentos, desesperación”. En tres horas esta autoedición, que Cote López vende por su web y firmando como “María José”, se agotó en tres horas. Los dos libros que le siguen mantienen el mismo éxito. Ha sido comentada favorablemente por medios tradicionales (Ya, de El Mercurio), como en plataformas digitales (el Amikas Podcast Club le dedicó un capítulo completo de su Club de Lectura). Aplaudieron desde su descripción sexual gráfica -evitando tímidos eufemismo- hasta la cuidada gráfica publicación.
La historia de los libros conectó mucho con las mujeres.
Sí, pero también los leyeron varios hombres. Las pololas me mandaban mensajes en que decían que ellos no se los querían devolver. Las veían riéndose, llorando y les daba curiosidad. Es un libro súper rápido que no tiene nada relleno. Hasta la página 20 empiezas a conocer al personaje, de ahí en adelante es pura acción… Las personas se lo leen en dos días, porque quieren saber qué va a pasar después.
También se nota que no hay tabú para tu descripción del sexo.
Está muy, muy nítido. (ríe)
¿Qué te dicen tus fans?
Hablan de eso, pero también que está mezclado con mucho humor.
Como tú.
Esa es la idea. Por eso no quería que nadie me lo editara, para que la persona que lo leyera supiera que lo escribí yo. Todo, cada palabra. Por eso las personas cercanas me comentaban: Era escucharte contando la historia.
¿Y cuáles son tus reglas de seducción en un hombre? Las de Cote, no las de Izabella.
Soy súper regodeona y para mí clave es que él tiene que ser inteligente. ¡Es clave! Si no, al tiro, se me cae. Todos hablan de alguien que tenga lucas, pero para mí no se trata de que un hombre tenga plata, sino que cuente con ambición de crecer. Si vive el día a día sin ningún objetivo o una meta en la vida no resulta atractivo. Tampoco soporto a los hombres que se sacan la foto con el auto o esas cosas, ¡gracias a Dios mi marido no es así! Eso me mata las pasiones completamente, el exhibicionismo. Me fijo en la ropa y eso sí es súper importante: no soporto el jeans con blazer, siento que estuvo de moda hace muchos años y en Chile lo sigo viendo. Y si a eso le suma unas zapatillas… ¡ahí sí que me muero! (se ríe a carcajadas). ¡Tachado completamente!
En el mundo de las influencers, ¿de quién te sientes más afín: Kim, Kylie o una Chiara Ferragni?, ¿quién de ellas es tu modelo de negocios?
A mí me encanta Chiara. Encuentro que es súper clever y muy simpática. Me gusta su familia, la relación con su marido (el rapero italiano Fedez). Ellos son polos muy extremos, pero que logran conectarse. De alguna forma, me siento igual en eso con Luis.
Y ahora que inicias la década de los 30, ¿algún negocio que esperas concretar? Me gustaría probar con todo. Cuando parto algo, me voy entusiasmando con otras cosas. Pero siempre son cosas relacionadas con la imagen.
¿Te tienta volver a los medios o usar tu plataforma con algún programa?
Desde que llegamos me han invitado a todos los programas, pero tampoco me llena ir a la tele. Siento que no me aporta en nada. Sólo ahora acepté ir a un nuevo espacio en Canal 13 que es acerca de pymes, donde hay gente que presenta proyecto, compite y busca financiamiento. Voy a ser invitada como jurado a tres capítulos, que se grabarían entre septiembre y octubre. Es una producción de Martín Cárcamo.
En la casa de Cote López recién contrataron cable, sólo porque su marido quiere ver partidos de fútbol. “Nunca he visto lo que están dando en Chile. No he puesto un matinal. Nada en contra, sólo que no tengo tiempo. En general, en la noche miro series o películas”, explica. Se toma un momento para contar que en lo que emprenda en esta nueva década de vida tiene un foco: “Dejar contenta a las personas. Que no sientan, perdón la palabra, que las están cagando. Mi intención es siempre dar un producto de máxima calidad y, ojalá, al menor costo posible. Eso me llena en las cosas que hago”.
En este momento prepara su cuarto libro. “Algo diferente. O sea, la protagonista es casada y la anterior era una soltera ‘en busca de’. No es Izabella, es otra mujer. Quiero terminar la novela, pero todo ha estado lento porque no he tenido tiempo. Lo otro es un proyecto muy lindo con mi marido, una cápsula de ropa, pero muy transversal… Ahora quiero ver algo masculino”, revela sin más datos.
¿No va a ser blazer con jeans?
¡No, por el amor de Dios!
También seguirá creciendo su línea Be Active y Be Active Urban para 2022, aunque otras áreas de trabajo también empiezan a entusiasmarla. “Después -agrega- espero ver algo solidario. Mis hijas me preguntaron por qué no hacíamos una casa que ayudara a los niños que no tienen papás. Y pensé en qué sería lindo colaborar con un lugar lleno de amor. ¡Y no es imposible! Quizás el día de mañana se puede lograr”.
¿Para ti no hay imposibles?
Siempre pienso así: todo es posible. SML

