Fotos: Pato Mardones Producción: SML Producciones
Sin censura, invitados de SML le preguntaron a Julio César Rodríguez de TV, política, muerte y más. En esa dinámica conversó con nosotros sobre la molestia que le causó que lo pusieran en el mismo saco con Pamela Jiles, sus años de sesiones semanales para desbloquear su problema con la intimidad y el ataque de Rafael Gumucio cuando una encuesta posicionó al conductor matinal como favorito para llegar a La Moneda.


Un late show, la grabación de un programa piloto, un reel comercial en Instagram, otro par de transmisiones de radio, Stories para los fans, un camerino y dos ‘chofereadas’ nos tomó conversar con Julio César Rodríguez (52 años el 2 de julio).
Con esa ‘marca personal’ pudimos entrar en la dinámica de este periodista y figura televisiva cuyo nombre se ha alzado en la pauta de conversación 2020-2021 a través su ‘presencia’ en los trending topics de Twitter, los pimponeos que tiene con el poder desde el matinal Contigo en la mañana (que coanima en un sincronizado baile con Monserrat Alvarez y donde doblan en sintonía a los competidores), la conversación ‘ciudadana’ por la FM de Bio Bio en Podría ser peor, sus noches ‘hogareñas’ de música urbana en YouTube con La junta y hasta en una encuesta presidencial entregada el 5 de mayo por Criteria, que lo ubicó segundo en preferencias en una eventual carrera a La Moneda.
Ritmo de trabajo frenético que empuja sólo con una indispensable lata de Coca Cola Light en la mano. No hay recetas con ‘estrella verde’. “No tomo nada”, nos asegura desde el asiento de copiloto en el único momento en el que lo tenemos ‘amarrado’ y sin movimiento, el otro es en sus escasas cinco horas de sueño.
Desde que se asomara frente a la cámara a inicios de siglo -y que lo reubicó profesionalmente desde la tinta y papel con tono político de La Nación Domingo y Plan B en la TV-, Rodríguez ha tenido varias vidas: jurado musical, panelista, conductor de farándula y animador nocturno, a las que hoy agrega “El JC que le dicen”, como lo bautizó una nueva generación reunida en torno a la cultura de la música urbana.
Pero su sello pop transversal -incluido en memes y gifs que se comparten por celular- lo estampó en 2017 al acuñar en una entrevista al evangélico Pastor Soto la frase “Pero con respeto”.
Y esa expresión es la que utilizaron los invitados de revista SML para hacerle preguntas a Julio César. Temas que él respondió y luego desarrolló con nosotros, abriendo, de paso, la puerta a procesos personales y públicos como sus años de sesiones semanales para conectarse íntimamente con quienes quería, el malestar que le provocó el titular en que lo puso “en el mismo saco” con Pamela Jiles, su decepción frente al ataque público de Rafael Gumucio, la autogestión y el cierre de su teatro en Bellavista, la muerte de su hijo Pablito y la forma en que recibe su mención en la competencia por la banda presidencial.
DON FRANCISCO
Conductor de TV e impulsor de la Teletón
¿Cuál es tu sueño artístico y profesional en los medios? ¿Cómo ves a Chile al final de esta década, cuando dobles la curva de los 60 años?
Luego de un silencio, Julio César pregunta dónde grabó el clip con las preguntas (disponible completo en nuestra web), video realizado a dos cámaras y con pantallas de fondo que tienen la imagen de Rodríguez, además de una introducción que revisa su origen en Hualpén, sus estudios de medicina y la colaboración que le ha dado en la Teletón.
SML: ¿Qué te pasa al ver a Don Francisco hablándote con tanto cariño?
Me llama mucho la atención lo preparado que es siempre. Creí que me iba a hacer sólo dos preguntas, pero maneja mi biografía perfectamente. Me sorprende lo conectado que siempre está con Chile, a pesar de estar afuera (Miami).
Julio César nos cuenta de que hay mitos de que el ex Sábados Gigantes tiene una antena en Estados Unidos con las que ve todos los canales del país, que revisa los programas, los matinales. “No me esperaba que conociera tanto de mi biografía”.
Tras dejar pasar otros segundos señala: “Me pasó una cosa muy especial al verlo (en el video). Me pregunto si yo a su edad tendré la alegría de hacer lo que hago como él. Tiene 80 años. Su felicidad, ¡cómo busca las cámaras!, ¡cómo se sabe el guión de memoria! Lo veo tan dichoso de hacer televisión, aunque sea para hacer una pregunta para una revista. ¡Está reluciente!”.
Tras la sorpresa del clip, dice que no tiene grandes lazos con Don Francisco y que nunca ha estado en el escenario de la Teletón. “Lo que sí es que en el matinal y en mis programas siempre he colaborado. Llamo a ayudar y he hecho las campañas completas, digo todos los placements y le ‘pongo color’ porque creo que la obra está ahí y está bien”.
En abril el director ejecutivo de La Red, Víctor Gutiérrez (ex periodista en La Nación Domingo y Plan B) recibió una invitación de Teletón, pero desde ese canal exigieron a la fundación abrir al público los “libros contables de sus gastos y sueldos” y condicionó a aquello su participación en la cruzada solidaria. Kreutzberger respondió rápido: “Es voluntario”.
SML: ¿Fue un golpe bajo de La Red?
No. Creo que es el nuevo Chile. Es legítimo. Es un Chile más transparente, diferente. Y pienso que la fundación, en vez de sacarle el quite, debe entrar en la dinámica nueva. Más que arrancar hay que sumarse. Y la Teletón tiene la oportunidad siendo distinta, transparente y contando cómo se hace, los sueldos, que es lo que pide La Red. Por lo que uno ve desde afuera no hay nada que esconder. Son dinámicas distintas, cosas que antes no se hacían. No lo dramatizaría. Yo me sumaría a los nuevos estándares.
SML: Y volviendo a lo que te dice Don Francisco.
Me deja mucho que pensar en la pregunta que hace: ¿cómo me veo a los 60?
SML: Antes pregunta ¿cuál es tu sueño artístico?
Llegar a los 60 con un late a mi estilo: más desparramado, dicharachero, muy frontal, con mucha verdad, riéndonos de la actualidad y del mismo medio, muy real. Ese es mi sueño. Que la gente se muera por ir porque es divertido y porque piensa Van a sacar lo mejor de mí. Eso en lo artístico, porque no tengo aspiraciones de animar el Festival de Viña o tener un estelar.
SML: ¿Un late chileno o latino?
Chileno. Nunca he tenido ninguna intención de internacionalizar mi carrera. Creo que todos los logros para poder salir de Chile están en mis programas de YouTube, no en la televisión abierta, que sí fue la que tuvo Mario (Kreutzberger) porque era de otra época y la forma que te vieran es como él lo hizo. Yo no. Hago La junta y reaccionan programas españoles, mexicanos, portorriqueños, argentinos.
SML: Y en cuanto a cómo te ves y a Chile al final de esta década.
Súper optimista. A diferencia de lo que muchos creen -porque soy un tipo muy crítico, demasiado reflexivo, tanto que llego a ser fome porque le doy vuelta a las cosas cien veces- soy súper optimista. Veo el final de la década, en 2029, un Chile mejor, comandado por generaciones mil veces superiores a las nuestras, de jóvenes con otra humanidad y educados en lo emocional, lo que va a generar un cambio muy positivo en Chile desde todo punto de vista: como nos tiene que ver con los cambios de poder, que la energía está en otro lado, con nuevas generaciones distintas a nosotros y que no van a hacer todo por la plata, que van a cuidar el planeta y que estarán preocupadas de la sustentabilidad, en dar su lugar al ocio y no sólo al trabajo. Veo a un Chile a final de la década muy superior.
El país va a tener que consagrar una educación emocional, tanto como la formal. Vamos a tener que educar a nuestros hijos en las emociones. No todo es matemática, castellano e historia. De hecho, ya hay una ley de educación emocional para que los niños se aprendan a conocer y a manejar sus frustraciones, dolores, para que sepan relacionarse. Y que esto se encuentre en los colegios, no sólo dejárselo a los papás en la casa.
El tema no llegó espontáneamente al discurso de Rodríguez. Nos cuenta que estuvo con coaching por dos años en un proceso con foco en el autoconocimiento que partió en 2017.


DON FRANCISCO
Conductor de TV e impulsor de la Teletón
¿Cuál es tu sueño artístico y profesional en los medios? ¿Cómo ves a Chile al final de esta década, cuando dobles la curva de los 60 años?
Luego de un silencio, Julio César pregunta dónde grabó el clip con las preguntas (disponible completo en nuestra web), video realizado a dos cámaras y con pantallas de fondo que tienen la imagen de Rodríguez, además de una introducción que revisa su origen en Hualpén, sus estudios de medicina y la colaboración que le ha dado en la Teletón.
SML: ¿Qué te pasa al ver a Don Francisco hablándote con tanto cariño?
Me llama mucho la atención lo preparado que es siempre. Creí que me iba a hacer sólo dos preguntas, pero maneja mi biografía perfectamente. Me sorprende lo conectado que siempre está con Chile, a pesar de estar afuera (Miami).
Julio César nos cuenta de que hay mitos de que el ex Sábados Gigantes tiene una antena en Estados Unidos con las que ve todos los canales del país, que revisa los programas, los matinales. “No me esperaba que conociera tanto de mi biografía”.
Tras dejar pasar otros segundos señala: “Me pasó una cosa muy especial al verlo (en el video). Me pregunto si yo a su edad tendré la alegría de hacer lo que hago como él. Tiene 80 años. Su felicidad, ¡cómo busca las cámaras!, ¡cómo se sabe el guión de memoria! Lo veo tan dichoso de hacer televisión, aunque sea para hacer una pregunta para una revista. ¡Está reluciente!”.
Tras la sorpresa del clip, dice que no tiene grandes lazos con Don Francisco y que nunca ha estado en el escenario de la Teletón. “Lo que sí es que en el matinal y en mis programas siempre he colaborado. Llamo a ayudar y he hecho las campañas completas, digo todos los placements y le ‘pongo color’ porque creo que la obra está ahí y está bien”.
En abril el director ejecutivo de La Red, Víctor Gutiérrez (ex periodista en La Nación Domingo y Plan B) recibió una invitación de Teletón, pero desde ese canal exigieron a la fundación abrir al público los “libros contables de sus gastos y sueldos” y condicionó a aquello su participación en la cruzada solidaria. Kreutzberger respondió rápido: “Es voluntario”.
SML: ¿Fue un golpe bajo de La Red?
No. Creo que es el nuevo Chile. Es legítimo. Es un Chile más transparente, diferente. Y pienso que la fundación, en vez de sacarle el quite, debe entrar en la dinámica nueva. Más que arrancar hay que sumarse. Y la Teletón tiene la oportunidad siendo distinta, transparente y contando cómo se hace, los sueldos, que es lo que pide La Red. Por lo que uno ve desde afuera no hay nada que esconder. Son dinámicas distintas, cosas que antes no se hacían. No lo dramatizaría. Yo me sumaría a los nuevos estándares.
SML: Y volviendo a lo que te dice Don Francisco.
Me deja mucho que pensar en la pregunta que hace: ¿cómo me veo a los 60?
SML: Antes pregunta ¿cuál es tu sueño artístico?
Llegar a los 60 con un late a mi estilo: más desparramado, dicharachero, muy frontal, con mucha verdad, riéndonos de la actualidad y del mismo medio, muy real. Ese es mi sueño. Que la gente se muera por ir porque es divertido y porque piensa Van a sacar lo mejor de mí. Eso en lo artístico, porque no tengo aspiraciones de animar el Festival de Viña o tener un estelar.
SML: ¿Un late chileno o latino?
Chileno. Nunca he tenido ninguna intención de internacionalizar mi carrera. Creo que todos los logros para poder salir de Chile están en mis programas de YouTube, no en la televisión abierta, que sí fue la que tuvo Mario (Kreutzberger) porque era de otra época y la forma que te vieran es como él lo hizo. Yo no. Hago La junta y reaccionan programas españoles, mexicanos, portorriqueños, argentinos.
SML: Y en cuanto a cómo te ves y a Chile al final de esta década.
Súper optimista. A diferencia de lo que muchos creen -porque soy un tipo muy crítico, demasiado reflexivo, tanto que llego a ser fome porque le doy vuelta a las cosas cien veces- soy súper optimista. Veo el final de la década, en 2029, un Chile mejor, comandado por generaciones mil veces superiores a las nuestras, de jóvenes con otra humanidad y educados en lo emocional, lo que va a generar un cambio muy positivo en Chile desde todo punto de vista: como nos tiene que ver con los cambios de poder, que la energía está en otro lado, con nuevas generaciones distintas a nosotros y que no van a hacer todo por la plata, que van a cuidar el planeta y que estarán preocupadas de la sustentabilidad, en dar su lugar al ocio y no sólo al trabajo. Veo a un Chile a final de la década muy superior.
El país va a tener que consagrar una educación emocional, tanto como la formal. Vamos a tener que educar a nuestros hijos en las emociones. No todo es matemática, castellano e historia. De hecho, ya hay una ley de educación emocional para que los niños se aprendan a conocer y a manejar sus frustraciones, dolores, para que sepan relacionarse. Y que esto se encuentre en los colegios, no sólo dejárselo a los papás en la casa.
El tema no llegó espontáneamente al discurso de Rodríguez. Nos cuenta que estuvo con coaching por dos años en un proceso con foco en el autoconocimiento que partió en 2017.
SML: ¿Tu coaching fue uno a uno?
Sí.
SML: ¿Por qué fue esa necesidad?
Para no repetir patrones míos.
Julio César termina la frase, espera un momento y retoma con las mismas palabras: “Para no repetir patrones estuve coacheándome con dos personas distintas (no quiere revelar los nombres de sus guías), con una fueron dos meses y con otra un año y ocho meses”.
SML: Lo preferiste a terapia.
Lo preferí a terapia porque no quería autoanalizarme, sino que aprender dos cosas en que sentía falencias: no repetir patrones de conducta y explorar en mí cosas que me hacían no generar relaciones íntimas con la gente que más quería. Tenía muy buenas relaciones, pero no relaciones íntimas poderosas. Y aprendí a trabajarlo porque no es fácil.
SML: ¿Hay resultados?
¡Sí, tremendos resultados! Para mí ha sido un cambio de vida. Porque, a pesar de que soy profesional, educado, una persona culta, tengo miles de herramientas emocionales y habilidades blandas… ¡Y a mí me cuesta! Imagina al grueso del país que no cuenta con las posibilidades ni de ver lo que yo vi y decir: Necesito ayuda para superar esto.
SML: ¿Alguien te recomendó el coaching, lo buscaste?
Fue llegando a mi vida por distintas vías… Esto fue en 2017. Dos veces por semana.
SML: ¿Dónde?
En distintos lugares: cafés, casa, bares. Era como encontrarme con un amigo-amiga. Pero era metódico: me iba con ‘tareas para la casa’. Para mí fue muy bueno, descubrí que para estar bien y sano hay que trabajarse emocionalmente. Ya no lo hice cuando niño, entonces me vine a trabajar de viejo. De grande empecé a preguntarme por qué era sí y por qué me molestaban ciertas cosas.
SML: ¿Qué?
Me molestaban los curados. Entonces, me fui apartando de la pareja que se curaba; si lo hacía, ella era lo peor del mundo. Si estaba en un lugar y veía muchos curados, me quería ir. Y me preguntaba por qué era eso, ¿qué hay en mí que genera esta situación casi fóbica.
SML: ¿Y?
Fui descubriendo cosas en mi pasado, en mi familia, en mi padre… Cuestiones que no resolví, las metía bajo la alfombra, las ‘superé’ y le seguí dando. Hasta que lo resolví, hasta que viajé, hasta que hablé y hasta que encaré después de años. Cuando hice todo eso no volví a repetir el patrón.




DON FRANCISCO
Conductor de TV e impulsor de la Teletón
¿Cuál es tu sueño artístico y profesional en los medios? ¿Cómo ves a Chile al final de esta década, cuando dobles la curva de los 60 años?
Luego de un silencio, Julio César pregunta dónde grabó el clip con las preguntas (disponible completo en nuestra web), video realizado a dos cámaras y con pantallas de fondo que tienen la imagen de Rodríguez, además de una introducción que revisa su origen en Hualpén, sus estudios de medicina y la colaboración que le ha dado en la Teletón.
SML: ¿Qué te pasa al ver a Don Francisco hablándote con tanto cariño?
Me llama mucho la atención lo preparado que es siempre. Creí que me iba a hacer sólo dos preguntas, pero maneja mi biografía perfectamente. Me sorprende lo conectado que siempre está con Chile, a pesar de estar afuera (Miami).
Julio César nos cuenta de que hay mitos de que el ex Sábados Gigantes tiene una antena en Estados Unidos con las que ve todos los canales del país, que revisa los programas, los matinales. “No me esperaba que conociera tanto de mi biografía”.
Tras dejar pasar otros segundos señala: “Me pasó una cosa muy especial al verlo (en el video). Me pregunto si yo a su edad tendré la alegría de hacer lo que hago como él. Tiene 80 años. Su felicidad, ¡cómo busca las cámaras!, ¡cómo se sabe el guión de memoria! Lo veo tan dichoso de hacer televisión, aunque sea para hacer una pregunta para una revista. ¡Está reluciente!”.
Tras la sorpresa del clip, dice que no tiene grandes lazos con Don Francisco y que nunca ha estado en el escenario de la Teletón. “Lo que sí es que en el matinal y en mis programas siempre he colaborado. Llamo a ayudar y he hecho las campañas completas, digo todos los placements y le ‘pongo color’ porque creo que la obra está ahí y está bien”.
En abril el director ejecutivo de La Red, Víctor Gutiérrez (ex periodista en La Nación Domingo y Plan B) recibió una invitación de Teletón, pero desde ese canal exigieron a la fundación abrir al público los “libros contables de sus gastos y sueldos” y condicionó a aquello su participación en la cruzada solidaria. Kreutzberger respondió rápido: “Es voluntario”.
SML: ¿Fue un golpe bajo de La Red?
No. Creo que es el nuevo Chile. Es legítimo. Es un Chile más transparente, diferente. Y pienso que la fundación, en vez de sacarle el quite, debe entrar en la dinámica nueva. Más que arrancar hay que sumarse. Y la Teletón tiene la oportunidad siendo distinta, transparente y contando cómo se hace, los sueldos, que es lo que pide La Red. Por lo que uno ve desde afuera no hay nada que esconder. Son dinámicas distintas, cosas que antes no se hacían. No lo dramatizaría. Yo me sumaría a los nuevos estándares.
SML: Y volviendo a lo que te dice Don Francisco.
Me deja mucho que pensar en la pregunta que hace: ¿cómo me veo a los 60?
SML: Antes pregunta ¿cuál es tu sueño artístico?
Llegar a los 60 con un late a mi estilo: más desparramado, dicharachero, muy frontal, con mucha verdad, riéndonos de la actualidad y del mismo medio, muy real. Ese es mi sueño. Que la gente se muera por ir porque es divertido y porque piensa Van a sacar lo mejor de mí. Eso en lo artístico, porque no tengo aspiraciones de animar el Festival de Viña o tener un estelar.
SML: ¿Un late chileno o latino?
Chileno. Nunca he tenido ninguna intención de internacionalizar mi carrera. Creo que todos los logros para poder salir de Chile están en mis programas de YouTube, no en la televisión abierta, que sí fue la que tuvo Mario (Kreutzberger) porque era de otra época y la forma que te vieran es como él lo hizo. Yo no. Hago La junta y reaccionan programas españoles, mexicanos, portorriqueños, argentinos.
SML: Y en cuanto a cómo te ves y a Chile al final de esta década.
Súper optimista. A diferencia de lo que muchos creen -porque soy un tipo muy crítico, demasiado reflexivo, tanto que llego a ser fome porque le doy vuelta a las cosas cien veces- soy súper optimista. Veo el final de la década, en 2029, un Chile mejor, comandado por generaciones mil veces superiores a las nuestras, de jóvenes con otra humanidad y educados en lo emocional, lo que va a generar un cambio muy positivo en Chile desde todo punto de vista: como nos tiene que ver con los cambios de poder, que la energía está en otro lado, con nuevas generaciones distintas a nosotros y que no van a hacer todo por la plata, que van a cuidar el planeta y que estarán preocupadas de la sustentabilidad, en dar su lugar al ocio y no sólo al trabajo. Veo a un Chile a final de la década muy superior.
El país va a tener que consagrar una educación emocional, tanto como la formal. Vamos a tener que educar a nuestros hijos en las emociones. No todo es matemática, castellano e historia. De hecho, ya hay una ley de educación emocional para que los niños se aprendan a conocer y a manejar sus frustraciones, dolores, para que sepan relacionarse. Y que esto se encuentre en los colegios, no sólo dejárselo a los papás en la casa.
El tema no llegó espontáneamente al discurso de Rodríguez. Nos cuenta que estuvo con coaching por dos años en un proceso con foco en el autoconocimiento que partió en 2017.
SML: ¿Tu coaching fue uno a uno?
Sí.
SML: ¿Por qué fue esa necesidad?
Para no repetir patrones míos.
Julio César termina la frase, espera un momento y retoma con las mismas palabras: “Para no repetir patrones estuve coacheándome con dos personas distintas (no quiere revelar los nombres de sus guías), con una fueron dos meses y con otra un año y ocho meses”.
SML: Lo preferiste a terapia.
Lo preferí a terapia porque no quería autoanalizarme, sino que aprender dos cosas en que sentía falencias: no repetir patrones de conducta y explorar en mí cosas que me hacían no generar relaciones íntimas con la gente que más quería. Tenía muy buenas relaciones, pero no relaciones íntimas poderosas. Y aprendí a trabajarlo porque no es fácil.
SML: ¿Hay resultados?
¡Sí, tremendos resultados! Para mí ha sido un cambio de vida. Porque, a pesar de que soy profesional, educado, una persona culta, tengo miles de herramientas emocionales y habilidades blandas… ¡Y a mí me cuesta! Imagina al grueso del país que no cuenta con las posibilidades ni de ver lo que yo vi y decir: Necesito ayuda para superar esto.
SML: ¿Alguien te recomendó el coaching, lo buscaste?
Fue llegando a mi vida por distintas vías… Esto fue en 2017. Dos veces por semana.
SML: ¿Dónde?
En distintos lugares: cafés, casa, bares. Era como encontrarme con un amigo-amiga. Pero era metódico: me iba con ‘tareas para la casa’. Para mí fue muy bueno, descubrí que para estar bien y sano hay que trabajarse emocionalmente. Ya no lo hice cuando niño, entonces me vine a trabajar de viejo. De grande empecé a preguntarme por qué era sí y por qué me molestaban ciertas cosas.
SML: ¿Qué?
Me molestaban los curados. Entonces, me fui apartando de la pareja que se curaba; si lo hacía, ella era lo peor del mundo. Si estaba en un lugar y veía muchos curados, me quería ir. Y me preguntaba por qué era eso, ¿qué hay en mí que genera esta situación casi fóbica.
SML: ¿Y?
Fui descubriendo cosas en mi pasado, en mi familia, en mi padre… Cuestiones que no resolví, las metía bajo la alfombra, las ‘superé’ y le seguí dando. Hasta que lo resolví, hasta que viajé, hasta que hablé y hasta que encaré después de años. Cuando hice todo eso no volví a repetir el patrón.






DON FRANCISCO
Conductor de TV e impulsor de la Teletón
¿Cuál es tu sueño artístico y profesional en los medios? ¿Cómo ves a Chile al final de esta década, cuando dobles la curva de los 60 años?
Luego de un silencio, Julio César pregunta dónde grabó el clip con las preguntas (disponible completo en nuestra web), video realizado a dos cámaras y con pantallas de fondo que tienen la imagen de Rodríguez, además de una introducción que revisa su origen en Hualpén, sus estudios de medicina y la colaboración que le ha dado en la Teletón.
SML: ¿Qué te pasa al ver a Don Francisco hablándote con tanto cariño?
Me llama mucho la atención lo preparado que es siempre. Creí que me iba a hacer sólo dos preguntas, pero maneja mi biografía perfectamente. Me sorprende lo conectado que siempre está con Chile, a pesar de estar afuera (Miami).
Julio César nos cuenta de que hay mitos de que el ex Sábados Gigantes tiene una antena en Estados Unidos con las que ve todos los canales del país, que revisa los programas, los matinales. “No me esperaba que conociera tanto de mi biografía”.
Tras dejar pasar otros segundos señala: “Me pasó una cosa muy especial al verlo (en el video). Me pregunto si yo a su edad tendré la alegría de hacer lo que hago como él. Tiene 80 años. Su felicidad, ¡cómo busca las cámaras!, ¡cómo se sabe el guión de memoria! Lo veo tan dichoso de hacer televisión, aunque sea para hacer una pregunta para una revista. ¡Está reluciente!”.
Tras la sorpresa del clip, dice que no tiene grandes lazos con Don Francisco y que nunca ha estado en el escenario de la Teletón. “Lo que sí es que en el matinal y en mis programas siempre he colaborado. Llamo a ayudar y he hecho las campañas completas, digo todos los placements y le ‘pongo color’ porque creo que la obra está ahí y está bien”.
En abril el director ejecutivo de La Red, Víctor Gutiérrez (ex periodista en La Nación Domingo y Plan B) recibió una invitación de Teletón, pero desde ese canal exigieron a la fundación abrir al público los “libros contables de sus gastos y sueldos” y condicionó a aquello su participación en la cruzada solidaria. Kreutzberger respondió rápido: “Es voluntario”.
SML: ¿Fue un golpe bajo de La Red?
No. Creo que es el nuevo Chile. Es legítimo. Es un Chile más transparente, diferente. Y pienso que la fundación, en vez de sacarle el quite, debe entrar en la dinámica nueva. Más que arrancar hay que sumarse. Y la Teletón tiene la oportunidad siendo distinta, transparente y contando cómo se hace, los sueldos, que es lo que pide La Red. Por lo que uno ve desde afuera no hay nada que esconder. Son dinámicas distintas, cosas que antes no se hacían. No lo dramatizaría. Yo me sumaría a los nuevos estándares.
SML: Y volviendo a lo que te dice Don Francisco.
Me deja mucho que pensar en la pregunta que hace: ¿cómo me veo a los 60?
SML: Antes pregunta ¿cuál es tu sueño artístico?
Llegar a los 60 con un late a mi estilo: más desparramado, dicharachero, muy frontal, con mucha verdad, riéndonos de la actualidad y del mismo medio, muy real. Ese es mi sueño. Que la gente se muera por ir porque es divertido y porque piensa Van a sacar lo mejor de mí. Eso en lo artístico, porque no tengo aspiraciones de animar el Festival de Viña o tener un estelar.
SML: ¿Un late chileno o latino?
Chileno. Nunca he tenido ninguna intención de internacionalizar mi carrera. Creo que todos los logros para poder salir de Chile están en mis programas de YouTube, no en la televisión abierta, que sí fue la que tuvo Mario (Kreutzberger) porque era de otra época y la forma que te vieran es como él lo hizo. Yo no. Hago La junta y reaccionan programas españoles, mexicanos, portorriqueños, argentinos.
SML: Y en cuanto a cómo te ves y a Chile al final de esta década.
Súper optimista. A diferencia de lo que muchos creen -porque soy un tipo muy crítico, demasiado reflexivo, tanto que llego a ser fome porque le doy vuelta a las cosas cien veces- soy súper optimista. Veo el final de la década, en 2029, un Chile mejor, comandado por generaciones mil veces superiores a las nuestras, de jóvenes con otra humanidad y educados en lo emocional, lo que va a generar un cambio muy positivo en Chile desde todo punto de vista: como nos tiene que ver con los cambios de poder, que la energía está en otro lado, con nuevas generaciones distintas a nosotros y que no van a hacer todo por la plata, que van a cuidar el planeta y que estarán preocupadas de la sustentabilidad, en dar su lugar al ocio y no sólo al trabajo. Veo a un Chile a final de la década muy superior.
El país va a tener que consagrar una educación emocional, tanto como la formal. Vamos a tener que educar a nuestros hijos en las emociones. No todo es matemática, castellano e historia. De hecho, ya hay una ley de educación emocional para que los niños se aprendan a conocer y a manejar sus frustraciones, dolores, para que sepan relacionarse. Y que esto se encuentre en los colegios, no sólo dejárselo a los papás en la casa.
El tema no llegó espontáneamente al discurso de Rodríguez. Nos cuenta que estuvo con coaching por dos años en un proceso con foco en el autoconocimiento que partió en 2017.
SML: ¿Tu coaching fue uno a uno?
Sí.
SML: ¿Por qué fue esa necesidad?
Para no repetir patrones míos.
Julio César termina la frase, espera un momento y retoma con las mismas palabras: “Para no repetir patrones estuve coacheándome con dos personas distintas (no quiere revelar los nombres de sus guías), con una fueron dos meses y con otra un año y ocho meses”.
SML: Lo preferiste a terapia.
Lo preferí a terapia porque no quería autoanalizarme, sino que aprender dos cosas en que sentía falencias: no repetir patrones de conducta y explorar en mí cosas que me hacían no generar relaciones íntimas con la gente que más quería. Tenía muy buenas relaciones, pero no relaciones íntimas poderosas. Y aprendí a trabajarlo porque no es fácil.
SML: ¿Hay resultados?
¡Sí, tremendos resultados! Para mí ha sido un cambio de vida. Porque, a pesar de que soy profesional, educado, una persona culta, tengo miles de herramientas emocionales y habilidades blandas… ¡Y a mí me cuesta! Imagina al grueso del país que no cuenta con las posibilidades ni de ver lo que yo vi y decir: Necesito ayuda para superar esto.
SML: ¿Alguien te recomendó el coaching, lo buscaste?
Fue llegando a mi vida por distintas vías… Esto fue en 2017. Dos veces por semana.
SML: ¿Dónde?
En distintos lugares: cafés, casa, bares. Era como encontrarme con un amigo-amiga. Pero era metódico: me iba con ‘tareas para la casa’. Para mí fue muy bueno, descubrí que para estar bien y sano hay que trabajarse emocionalmente. Ya no lo hice cuando niño, entonces me vine a trabajar de viejo. De grande empecé a preguntarme por qué era sí y por qué me molestaban ciertas cosas.
SML: ¿Qué?
Me molestaban los curados. Entonces, me fui apartando de la pareja que se curaba; si lo hacía, ella era lo peor del mundo. Si estaba en un lugar y veía muchos curados, me quería ir. Y me preguntaba por qué era eso, ¿qué hay en mí que genera esta situación casi fóbica.
SML: ¿Y?
Fui descubriendo cosas en mi pasado, en mi familia, en mi padre… Cuestiones que no resolví, las metía bajo la alfombra, las ‘superé’ y le seguí dando. Hasta que lo resolví, hasta que viajé, hasta que hablé y hasta que encaré después de años. Cuando hice todo eso no volví a repetir el patrón.
SML: ¿Tu coaching fue uno a uno?
Sí.
SML: ¿Por qué fue esa necesidad?
Para no repetir patrones míos.
Julio César termina la frase, espera un momento y retoma con las mismas palabras: “Para no repetir patrones estuve coacheándome con dos personas distintas (no quiere revelar los nombres de sus guías), con una fueron dos meses y con otra un año y ocho meses”.
SML: Lo preferiste a terapia.
Lo preferí a terapia porque no quería autoanalizarme, sino que aprender dos cosas en que sentía falencias: no repetir patrones de conducta y explorar en mí cosas que me hacían no generar relaciones íntimas con la gente que más quería. Tenía muy buenas relaciones, pero no relaciones íntimas poderosas. Y aprendí a trabajarlo porque no es fácil.
SML: ¿Hay resultados?
¡Sí, tremendos resultados! Para mí ha sido un cambio de vida. Porque, a pesar de que soy profesional, educado, una persona culta, tengo miles de herramientas emocionales y habilidades blandas… ¡Y a mí me cuesta! Imagina al grueso del país que no cuenta con las posibilidades ni de ver lo que yo vi y decir: Necesito ayuda para superar esto.
SML: ¿Alguien te recomendó el coaching, lo buscaste?
Fue llegando a mi vida por distintas vías… Esto fue en 2017. Dos veces por semana.
SML: ¿Dónde?
En distintos lugares: cafés, casa, bares. Era como encontrarme con un amigo-amiga. Pero era metódico: me iba con ‘tareas para la casa’. Para mí fue muy bueno, descubrí que para estar bien y sano hay que trabajarse emocionalmente. Ya no lo hice cuando niño, entonces me vine a trabajar de viejo. De grande empecé a preguntarme por qué era sí y por qué me molestaban ciertas cosas.
SML: ¿Qué?
Me molestaban los curados. Entonces, me fui apartando de la pareja que se curaba; si lo hacía, ella era lo peor del mundo. Si estaba en un lugar y veía muchos curados, me quería ir. Y me preguntaba por qué era eso, ¿qué hay en mí que genera esta situación casi fóbica.
SML: ¿Y?
Fui descubriendo cosas en mi pasado, en mi familia, en mi padre… Cuestiones que no resolví, las metía bajo la alfombra, las ‘superé’ y le seguí dando. Hasta que lo resolví, hasta que viajé, hasta que hablé y hasta que encaré después de años. Cuando hice todo eso no volví a repetir el patrón.
ALEJANDRA MUSTAKIS
Emprendedora y Empresaria. Medular, Kauel, If, Koo.
Hay una faceta en ti que no se conoce mucho:has sido emprendedor varias veces: has realizado programas solo, los has producido y has ido a buscar los auspicios. ¿Qué le recomendarías a un emprendedor para salir adelante? ¿Cuáles son las tres cosas más necesarias? ¿Cómo te has visto afectado por la pandemia y te has tratado de reinventar, sobre todo, en la industria de los medios?
“La amo con el alma, no lo sabe porque no he hablado mucho con ella”, confiesa sobre su admiración a Mustakis. Coincidentemente, Rodríguez anda con la última columna de la líder en emprendimiento en su celular. Saca el teléfono y la muestra en su pantalla.
“A ella la amo con el alma -reitera-, y si alguna vez yo liderara algo -¡lo que fuera!- sería una de las primeras que llamaría y le diría: Me gustaría trabajar contigo y hacer cosas contigo. O sea, si me mandaran a cualquier parte y me piden llevar a cinco personas, ella sería una”.
SML: ¿Y sobre los consejos que te pide?
Lo primero es la pasión. Sin pasión no hay emprendimiento posible. Si algo no te apasiona nunca llegas al resultado. Para mí todo se trata de la pasión, innovación y trabajo.
SML: ¿Qué pasa con los medios que hoy viven crisis?
Se necesitan liderazgos fuertes con las características que mencioné. A mí me ha ido bien en la TV abierta, pero mi teatro quebró (Teatro Coca Cola, en Bellavista), porque nunca más pudimos vender un boleto.
SML: Pese a la pasión…
Sí, porque se vino el estallido social, la pandemia y crecían las deudas. Pese a la pasión, busqué la innovación, le pusimos trabajo y no se pudo. ¿Qué hicimos? Cerramos. Pero lo hicimos de una manera inteligente: tratando de hacer cosas y juntando las lucas para pagar a todos y no deberle a nadie. Porque esos son los liderazgos. Liderazgo es saber emprender algo y cerrar algo.
SML: ¿El late?
Lo tuvimos que achicar. Lo paramos un tiempo, repetimos (capítulos). Regresamos y lo hicimos más corto, fuimos a los auspiciadores y pedimos que nos apoyaran. Abrimos nuestra realidad y les dijimos: Hagamos una ‘cucha’ y todos ponen un ‘palo’ y lo hacemos -cubriendo nuestros costos base-. Y se sumaron… Innovación. Así sostuvimos Síganme los buenos, que de tener 15 auspiciadores pasamos en una semana a no tener ni uno. Cero.
OSCAR CONTARDO
Escritor y columnista
¿En qué ha cambiado la política chilena desde los tiempos en los que hacías el semanario Plan B?
Ha cambiado poco desde que hacíamos Plan B (2003-4). De hecho, la mayoría de las figuras preponderantes de esa época lo siguen siendo de una u otro forma. Pero los chilenos cambiaron y tiraron el mantel; y cuando sucedió ellos tenían todo arriba de la mesa. Entonces, se quedaron sin confianza, sin credibilidad. Se quedaron sin capital. A pesar de que muchos de ellos trabajaron sinceramente e hicieron cosas buenas, pasaron todos al mismo saco. La gente sintió -lo que puede ser una premisa muy dura y, hasta cierto punto injusta- que no trabajaron por ellos, sino que para ellos.
Hace unas semanas, en una de las ediciones de Contigo en la mañana, Julio César contó -en una larga y colorida versión- que cuando niño uno de los curas de su colegio se quedó con el Tupperware que le había mandado su mamá. Años después, cuando creció y entró al Centro de Alumnos, visitó desde un lugar de poder la casa de los religiosos y vio el recipiente, los dejó en evidencia.
SML: Hoy, desde tu plataforma en el matinal, ¿sientes que has tenido tu ‘momento Tupperware’ con los políticos?
No. Creo que he tenido por diversas cosas, que han tenido que ver con mis 15 años de radio en Podría ser peor, de ponerle un espejo al poder. Y el canal me dado la posibilidad de no ser sólo un ‘preguntador’, sino que he tenido el espacio de contrapreguntar en la televisión haciéndoles ver sus propias inconsistencias. Antes en la tele cualquier político decía algo y se pasaba al siguiente tema. Y ahora tenemos la posibilidad de señalarles: Pero eso no es así… Eso de pasar colado, lanzar frases a la galería y desmarcarse ya es más difícil.
SML: A partir de esa labor frente al poder, ¿te dolió el título de Alvaro Díaz en La Tercera? (comentada entrevista en que el creador de 31 Minutos señaló: “Pamela Jiles y Julio César se entrenaron en el magma de esta época, que es el ninguneo como espectáculo”).
No, porque lo leí con menos pasión que Twitter y mis amigos.
SML: ¿Qué pasó ese domingo?
Mis amigos empezaron a escribirme, indignados todos, con gruesos epítetos. Pero yo me lo tomé con súper mesura porque lo miré, leí y sentí que era una ‘operación’, una jugarreta de meterme a mí con Pamela Jiles.
SML:¿Te molestó que te compararan con Pamela Jiles? No. Lo sentí antojadizo: no venimos de mundos iguales, no somos iguales -Pamela es una persona que siempre ha tenido muchas posibilidades, yo vengo de Hualpén-, ella ha tenido una carrera política en el último tiempo y yo nunca la he tenido, ella tiene aspiraciones que yo tampoco he tenido -políticas, presidenciales y de poder con su pareja-. Yo sigo haciendo lo de siempre. Se nos trató de meter en el mismo saco y entiendo que es más como una ‘operación’, una cuestión mediática para encasillarte. De mí, si quieren hablar, está bien, pero para que nos metan a los dos. Creo que hasta él (Alvaro Díaz) se sintió incómodo, porque en una parte hasta dice Julio César, que a mí igual me simpatiza un poco. Hasta rescaté eso bueno. No le vi la gravedad.
SML: ¿Quedó rebotando?
¡No! Te voy a decir que me dolió más el comentario en Twitter de Rafael Gumucio (ante las elecciones de mayo y las encuestas presidenciales). Escribió: ¿No seríamos más felices si Julio César Rodríguez no les hubiese dado pantalla y prestigio a los hermanos Parisi, Marcel Claude, Rafael Garay, Gino Lorenzini, o la Pamela Jiles? Eso lo encontré maletero y mala leche. ¡Mucho más que la entrevista a Alvaro! Lo encontré absurdo. Entre el late y la radio -sacamos la cuenta con el equipo- hemos tenido más de 300 panelistas, donde han estado amigos de él. ¡Hasta su primo, Marco Enríquez – Ominami! Entonces, para la inteligencia que tiene Rafael, lo encontré mala leche. Cada año que sacó un libro estuvo en mi late sentado. El sabe que soy alguien que le ha abierto espacio a la cultura, el arte, al teatro. Lo sabe y eso es lo que me da pena. Además, Pamela Jiles nunca ha sido panelista de un programa mío, porque siempre lo ha sido de espacios hechos por el canal, por eso trabajé con ella en Primer Plano y ahí yo no ponía a los panelistas. El sabe cómo se mueve la tele. Entonces fue un cachamal. Yo a él lo súper consideraba…, lo considero; porque lo tuve en el late llorando porque lo habían ‘cancelado’ por algo que dijo en Twitter y tuvo que borrar su cuenta. Estaba muy afectado. Entonces, cuando te pasan esas cosas y lo hablamos, no entiendo a pito de qué escribió eso; si fue por una cuestión de ‘hemorragia de texto’ en Twitter en que tienes que llamar la atención o tirarle mierda a otro huevón para sobresalir. Me pareció penca y me provocó mucha más desilusión que Alvaro Díaz, que lo utilizaron y se prestó para meternos con Pamela en un saco y decir que veníamos del mundo de la farándula. Mucha gente no pasaba a Gumucio y me dio lata haberle puesto fichas y defenderlo ¡para descubrir que él era así! Me sentí frustrado.
SML: ¿Y esa mesura la aplicaste en la mención de tu nombre en encuestas presidenciales?
No me lo esperaba.
SML: ¿Hay aspiraciones?
No. Cuando aparecí fueron más problemas que beneficios. Después de eso surgió todo esto: los tuits, los titulares de entrevistas. Me puso en un primer plano donde todos salieron a opinar.
MARCELA SABAT
Senadora
En esta nueva estructura de mujeres al poder, ¿qué has ganado?, ¿qué es lo que más te ha costado ceder y que te pasa en lo cotidiano?
A mí me encanta esta nueva estructura con poder femenino porque he sido criado por puras mujeres.
SML: Pero como rey.
No, porque mi mamá y mi abuela son de carácter súper fuerte de carácter. Lo que yo cuento es que mi madre trabajó para que yo me educara. Hizo posible el sueño de realizarme. Pero ellas eran mujeres horizontales y nadie les venía con cuentos, nunca se dejaron agredir o pasar a llevar. Entonces cuando hoy veo el tema de las mujeres al poder, la paridad y que cada día haya más mujeres en liderazgos me gusta .
SML: ¿Qué te pasó cuando las mujeres fueron a cantarle El violador eres tú a la Radio Bio Bio?
Es un cambio de época. Creo que todos los medios han aprendido a cambiar, a ceder poder a generar un nuevo trato y una nueva relación. Pero, la verdad, ni me acordaba porque en la radio soy un bloque: voy de 3 a 6 de la tarde, como un tractor para adelante. No manejo el comidillo. No sé qué pasa en la mañana, en las noticias y no me preocupo de eso. No vivo eso. Llego dos minutos antes y salgo de inmediato al terminar. Sería injusto opinar ¡porque no estoy!
SML: ¿Cómo te relacionas con mujeres en el poder?
Muy bien. Mi jefa en el matinal es Carmen Gloria Lobos. Y mis equipos siempre han tenido más mujeres que hombres. Todas las personas que se encargan de mis cosas de empresa son puras mujeres. Todo lo que me rodea son mujeres y he aprendido a soltar. Tengo un lado femenino súper desarrollado y en cuanto a compartir el poder, ¡no tengo ningún problema! Lo que se produjo de la paridad para la elección constituyente fue una genialidad. Creo que al país le va a hacer muy bien.




“Veo el final de la década, en 2029, un Chile mejor, comandado por generaciones mil veces superiores a las nuestras, de jóvenes con otra humanidad y educados en lo emocional, lo que va a generar un cambio muy positivo”


FRANCISCO ORTEGA
Escritor y guionista
¿Cómo seducir a los niños a que lean más y cómo hacer que el libro no compita con la televisión?
Pienso que más que la tele, se apunta a cómo lograr que el libro no compita con las pantallas. Creo que los cabros no ven tele, ven pantallas. Mis hijos no distinguen la TV abierta del cable, el cable de YouTube, YouTube de Netflix. Y en ese tema somos los papás los responsables de estimular la lectura.
SML: ¿Y como creador de contenidos?
Es un objetivo que está en el colegio y los padres. Es muy difícil que la tele asuma esa responsabilidad. Llevar las novelas a series y que eso estimule la lectura es carísimo. Por eso lo más importante es la casa. Joaquín (15) ha visto a su mamá leer desde que nació: la Fran (García-Huidobro) se sienta en su terraza con unos tremendos libros que con mi hijo nos reímos y le decimos que si se le cae en una pata se le fractura. Claudia (Arnello), la mamá de Julieta (11), también es una lectora empedernida. Mi hija está permanentemente comprando libros.
SML: Y en lo personal, ¿tienes ese tiempo para nutrir esa elegancia interior: leer, escuchar música, ver arte?
Hace mucho rato mi elegancia interior está en la música. No tengo playlist, escucho discos completos. No armo listas determinadas. Soy una persona que me encanta conocer música. Soy busquilla, todos mis amigos saben y siempre me están recomendando: desde electrónica a folclor.
SML: ¿Vas a fiestas electrónicas?
Sí. Es a lo que más voy. Me gusta Boris Brejcha (dj alemán), Villalobos, Gustavo Allende y toda la bandada chilena. Y si me preguntas qué vamos a bailar, pongo a Richie Hawtin (Gran Bretaña) con sets de cuatro a cinco horas.
Eso sí, lejos de la tornamesa está su artista favorito, Joaquín Sabina, a quien viajó a ver a Buenos Aires cuando dirigía La Nación Domingo para la gira Nos sobran los motivos. “Marcó mi vida. ¡Me lo lloré todo!”. Todavía recuerda cuando llegó al aeropuerto, compró en el mesón un ticket con Air France, dejó su mochila en el hotel y partió al Luna Park. “Fue épico de inicio a fin”.
LEONOR VARELA
Actriz y autora de Ir al cielo y volver
Desde nuestra dolorosa experiencia compartida de perder un hijo, ¿qué consejos le darías a alguien que está pasando por un hecho similar?, ¿cómo podrías alentarlo y qué palabras tendrías para él o ella?
¡Qué difícil atreverse a aconsejar a alguien! (silencio). Siempre he sido pudoroso para eso.
Pablo Rodríguez nació de su matrimonio con Susana Flores. Segundo hijo de la pareja (el mayor, Felipe, es ex concejal de Hualpén por RN). El niño, de guagua, fue diagnosticado con el Síndrome de Dandy-Walker, anomalía congénita que le impedía hablar y caminar. De hecho, el animador creía que tenía autismo. En mayo de 2007 murió, tenía 13 años.
SML: ¿Trataste la muerte de Pablito en el coaching?
Sí. (silencio)
SML: ¿Te sacaron el tema o lo llevaste a la mesa?
Lo llevé a la mesa porque nunca lo tuve bien resuelto. Siempre sufría mucho con el tema. Un día la madre me dice: Pablito está feliz, ¿por qué siempre que te acuerdas de él lloras, te desmoronas?, ¿por qué te produce tanta pena y no alegría? ¡Y ella me zamarrea con eso! Y me insiste: Estás en paz con él, en paz conmigo, en paz con todo. Estás súper en paz, ¿Por qué? Y lo fui descubriendo al ver en mí eso.
SML: ¿Y lo que pregunta Leonor?
Creo que a las familias que están pasando por temas tan complejos y que saben que se vienen finales pronto -siempre es antes de lo que uno quisiera, aunque sea después del pronóstico- les puedo decir: Vivirlo y disfrutarlos. Tratar de volcar la necesidad y el dolor en disfrutar (a esos hijos). Sé que es difícil, pero es lo que me queda mí…
Julio César se apura de salir de lo personal y elabora la respuesta ‘desde el otro’: “Entiendo que hay tantas carencias, tantas necesidades, hay tanta gente que no puede entregar una dignidad mínima”.
SML: ¿Le hablas a tus otros hijos de Pablito?
No tanto porque eran muy chiquititos (cuando supieron de él).
SML: ¿Y ahora te preguntan? ¿Te sientes cómodo respondiéndoles?
Sí. Preguntan cómo era, qué hacía, por qué se llamaba Pablito, cómo fue su vida. Porque tienen muy pocos registros de él.
SML: ¿Para su cumpleaños o muerte haces algo especial con tu ex para recordarlo?
No. Yo lo vivo solo.
SML: ¿Qué pasa ese día?
Lo recuerdo. A veces me paseo por donde viví con él en Santiago. Y eso. Trato de darle un lugar, pero no un lugar trágico (pausa), sino que se alegría. He intentado de volcarlo, trabajándolo, en algo positivo. Pablito sólo instaló y dejó cosas buenas.
SML: ¿Hubo un tiempo en que fue tabú?
No. Lo que pasa es que no es un tema para contarlo siempre. No da. Es un tema que vive mejor en ti y no en los demás ni en la conversación. Pablito dejó sólo luz.
DON FRANCISCO
Julio César, me dijeron una pregunta, pero me voy a tomar la libertad de hacerte dos. Esta última tiene que ver con el nombre de la revista SML: ¿Cuál de estas palabras te define mejor: small, medium o large?
¡Large! Soy intenso, apasionado. Todo en mi vida es large.